EL CONDE SISEBUTO A cuatro leguas de Pinto y a treinta de Marmolejo, existe un castillo viejo que edificó Chindasvinto. Perteneció a un gran señor algo feudal y algo bruto; se llamaba Sisebuto, y su esposa , Leonor, y Cunegunda su hermana , y su madre Berenguela, y una prima de su abuela atendía por Mariana. Y su cuñado , Vitelio, y Cleopatra su tía , y su nieta Rosalía, y el hijo mayor , Rogelio. Era una noche de invierno, noche cruda y tenebrosa, noche sombría, espantosa, noche atroz, noche de infierno, noche fría, noche helada, noche triste, noche oscura, noche llena de amargura, noche infausta, noche airada. En un gótico salón dormitaba Sisebuto, y un lebrel seco y enjuto roncaba en el portalón. Con quejido lastimero el viento fuera silbaba, e imponente se escuchaba el ruido del aguacero. Cabalgando en un corcel de color verde botella, raudo como una centella llega al castillo un doncel. Empapada trae la ropa por efecto de las aguas, ¡como no lleva paraguas