Guerra tenía una parra,


Parra tenía una perra


pero la perra de Parra


rompió la parra de Guerra,


y Guerra pegó con la porra a la perra de Parra.


-Oiga usted, compadre Guerra.


¿Por qué pega usted con la porra


a la perra de Parra?


-Porque si la perra de Parra


no hubiese roto la parra de Guerra,


Guerra no hubiese pegado con la porra


a la perra de Parra.


Estaba la cabra cabratis


subida en la pena peñatis


vino el lobo lobatis


y le dijo a la cabra cabratis:


-Cabra cabratis,


baja bajatis


de la peña peñatis.


-No amigo lobatis,


que si bajo bajatis,


me agarras agarratis


del galgarranatis.


-Cabra cabratis,


no voy a agarrarte


del galgarranatis,


porque hoy es viernes viernatis,


y no se puede comer carne carnatis.


   Bajó la cabra cabratis


de la peña peñatis,


y el lobo lobatis


le agarró del galgarranatis.


-¡Amigo lobatis!


¿No decías que hoy es viernes viernatis


y no se puede comer carne carnatis?


-Cabra cabratis


de la peña peñatis,


contra el hambre


no hay pecatis.

                                                                    
Tarde de mayo

Una tarde fresquita de mayo


cogí mi caballo, me fui a pasear


por la senda donde mi morena,


gentil y risueña, solía pasar.


Yo la vi que cogía una rosa,


yo la vi que cogía un clavel;


yo le dije: «jardinera hermosa,


¿me das una rosa del rico vergel?»


Y la niña me dijo al instante:


-Cuantas quiera yo a usted le daré,


si me jura que nunca ha tenido


flores en la mano de otra mujer.


-Se lo juro por mi amor constante,


se lo juro y se lo juraré,


que son éstas las flores primeras


que cojo de manos de una mujer.

Comentarios